jueves, 21 de julio de 2011

CADENAS
Gira el mundo y en su girar
se pierde mi vida en un remolino
que me destroza y me aniquila
en esta vuelta de nunca acabar.
Agudos puñales desgarran mi pecho
y con éste tan cruel asesinato,
el ser que más amo con sus fríos ojos
los hunde profundo con saña brutal.
No debo nada reprochar a Dios.
Él nos muestra los caminos a seguir
y lo que es más importante aún,
nos permite siempre poder elegir.
A veces en el camino me perdí.
Porqué culpar a otros de esta prisión.
Ahora arrastro pesadas cadenas.
Que yo misma ingenuamente forjé.
Dora del Valle D.
San Miguel de Tucumán

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