Fénix
Quisiera descansar en tus brazos
Que cual rama solía
proteger este nido
Busca el consuelo del que se siente
Infinitamente solo, angustiosamente indefenso
¡Ah, si beber pudiera de las aguas de la humildad
Y de la fuente de la sabiduría sin ser
Mordida por la falsa modestia
Despojarme he querido de la pequeña agresividad
Que en mí, raras veces, aflora
Para mis temores así ocultar…
Quien querrá mi jardín, por fin cuidar
Quien mis malezas poder arrancar
Podré en tus ojos alguna vez encontrar
Esa mirada que otrora yo
vi
¿Hallar en tus palabras, largos coloquios
De amor y amistad, sin rozarnos el rencor?
¡Cuán cansada y abrumada me siento!
Sin salida ni siquiera comprensión
Dolo presiento tu hartura
El no soportar esta vida que elegimos
Quizás renazcamos como el ave Fénix
Y volvamos a ser como alguna vez fuimos.
Dora del Valle Durbá
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