martes, 11 de junio de 2013


FELICIDAD





El agua saltarina besó la tibia playa
y luego coquetamente se alejó dejando
la espuma de nieve y tenue color
para apagar la sed costera.
Brilla con los rayos solares la arena
parecen pequeños diamantes llorando
y al abrigo de las grandes peñas
espera del mar su beso de verano.
Es cuando el cielo se hace más azul
y grandes pájaros de seda blanca lo alcanzan
entonces él abre sus infinitos brazos
y a todos abraza, arena, agua, peñas, aves…
Así al sentimos embriagados de dicha
 al ser besados, el deseo de que sea eterno 
de que ese beso sea eterno, 
hace estallar en mil estrellas nuestros corazones
es cuando podemos decir: soy Feliz.
Dora del Valle D.





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