DESTRUCCIÓN
Cascadas de llanto regaron mi cara
Estiletes de espanto hirieron mi alma
y en esta lucha en que empeñé mi vida
La certeza ingrata de no llegar a
nada.
¡Qué fríos tus ojos, cuando no me
amas!
¡Que torrente impetuoso de impías
palabras!
Y la grande y eterna indiferencia,
Con la que castigas mi triste
existencia.
♠
Tus oídos sordos a mi buen reclamo
A veces escuchan…pero luego olvidan.
Más tarde te yergues como omnipotente
y con improperios ruines: destruyes;
hieres…
♠
Manojo de vicios y falsos placeres,
La vida transcurres, borrando tus
huellas
Asesinas día a día, tu vida y la mía
Dora
del Valle D.
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