Todo seguirá igual o peor
Tengo como una tristeza profunda. No reconozco lo que está pasando, hoy, en mi país.
Soy una adulta mayor que vio y sufrió pasar a algunos gobiernos democráticos y de facto. A mí nadie me lo contó.
Cuando comenzó a interesarme la política era casi una niña. Fin de la escuela primaria y principio de la secundaria. Se enseñaban los rudimentos de la política y nos iban instruyendo cívicamente.
Mientras crecía se intercalaban democracia y golpes de estado. No se sabía de guerrilla ni de terrorismo. Eso, decíamos pasaba en otros países. ¡Cuánta inocencia!
Un día los demonios comenzaron a mirar hacia América de Sur. Nos sorprendió con la “guardia baja”. Cuba hacedor de guerrilleros hermanados con la entonces Unión Soviética los entrenaba, lavándoles los cerebros a los más jóvenes. Querían apoderarse de los gobiernos por la fuerza. Mucha sangre de un lado y del otro. Injusticia de ambos lados, Una guerra en la que había gente de aquí y de otros lugares. Hoy no lo reconocen. Excesos de uno y otro lado.
Los militares ganaron la guerra para la democracia pero perdieron frente a la venganza y a políticos interesados y corruptos que se beneficiaron precisamente de esa democracia que ellos mismos combatieron. Hoy están en puestos claves junto a sus hijos. Hoy juzgan a unos y absuelven a los atacantes primarios. Los que ellos mataron no son muertos ¿Qué son? La verdad a medias no es verdad. Lo militares de alma no pedirán perdón. ¿Por qué lo harían? ¿Lo hicieron los otros?
Condecoraron a Fidel Castro. Un gobierno democrático, de ésos de los que se burla él. ¿Por qué? Por ser uno de los hacedores de tanto dolor y muerte en la Argentina transformándolo en héroe. Sofismas y falacias de las que estamos hoy inmersos los argentinos, sin poder reaccionar.
Soy profundamente democrática, amo la libertad, detesto la tortura pero las de uno u otro bando. Ni militares ni eclesiásticos de ningún credo, sólo los civiles deben gobernar, aunque se equivoquen, a veces.
Al principio, hace casi ocho años, la escobita barrió bien, algunos recibimos algún beneficio. Pero el poder indiscriminado caló hondo en los corazones de los gobernantes y quisieron más y más y más... Una masa cada vez mayor de gente necesitada. No se les da prácticamente trabajo sino prebendas. Algunos tienen trabajos precarios. Estos enganchados al miedo de perderlos si no los votan así como a las prebendas.
No sé si la vaca seguirá dando leche, de ser así cada vez será menos. La cabeza del gobierno, es delirante (una faceta de su enfermedad es ésa) cada vez necesita más dinero para dárselo los que no producen nada tanto argentinos como a inmigrantes de países vecinos que se amontonan en nuestras villas miserias como si Argentina fuera su tierra de la leche y la miel. Autoridades vecinas... contentas.
Una inseguridad espantosa de la que las autoridades máximas no quieren enterarse y cuando lo hacen culpan a otros. Viven en una burbuja.
Parte de la juventud dañada por malos ejemplos que son atractivos. Todo vale...
Dora del Valle D.
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