martes, 18 de diciembre de 2012

Sorpresas te da la vida 2



La vida te da sorpresas… sorpresas te da la vida

        A veces uno se sorprende cuando se hacen las cosas correctas, en un país caracterizado hace un tiempo,  por miles de vericuetos y desvíos para llegar a beneficiar a un poder político, comprando voluntades de los más desposeídos que no tienen otra solución.
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       Cuando creemos haber hallado un juez probo… a los días con una jugada de prestidigitación, todo cambia… y este juez admirado… borra con el codo lo que firmó con a mano.
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       La vida te da sorpresas… sorpresas te da la vida. ¡Claro que sí! ¿Cómo no habría de hacerlo en nuestro bendito país? Donde todo se compra y casi todos se venden… Es doloroso… pero es la realidad  fría y veraz…
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La Política no es mala… es abstracta. Es el hombre el que la pone en movimiento. Si después resulta bien o mal es la persona la que debiera responder por eso.
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       Los ciudadanos no somos magos ni videntes en la mayoría de los casos. Somos seres humanos… peregrinos que vamos aprendiendo sobre la marcha.  Desgraciadamente, solemos equivocarnos. No medimos al darle poderes ilimitados a otros seres humanos. Si no lo eran se convierten en dictadores (autócrata, déspota, tirano, absolutista, autoritario, opresor).
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       No sabemos lo que hay dentro de cada unos de nuestros prójimos. Solo lo que nos dicen y aparentan ser. El poder absoluto pone en evidencia lo que eran solapadamente, dentro de ellos, tal vez ni ellos lo sabían, les dimos las armas y ellos las usaron y abusaron, frente a habitantes desconcertados.
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       Olvidamos que el poder es nuestro… Que ellos son solo administradores de patrones. Ellos olvidaron también de dónde proviene ese poder y se creyeron iluminados por la luz divina… o luciferina…
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       Su poder mayor radica en la separación de la ciudadanía. “Nosotros somos buenos… generosos…  amamos a los jóvenes, ellos lo son todo. Los otros son perversos… caducos… malos…rastreros, tramposos. El mundo nos odia por que nos tienen envidia.
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       Tal vez hemos aprendido algo, aunque no nos beneficie en nada.
Dora del Valle Durbá
      




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