Carta al éter
Buenos días DIOS. Quería
hablar contigo
Deseaba decirte que no te
culpo por mi situación actual. Nos pusiste en este mundo y nos diste el libre albedrío y lo que eso
representa.
No tomamos en cuenta esa
libertad que debe ser responsable. Vivimos en un mundo lleno de cárceles interiores...
de cadenas invisibles.
Dicen que le dijiste al
hombre “Creced y multiplicaos”. No creo en el pecado mortal. Tú nos pusiste por
parejas... Era tu intención la multiplicación del ser humano. Hasta nos pusiste por etnias, en las zonas que mejor le venía a cada una de ellas...
Nos hicieron creer que
todo se dio por casualidad. Recién después de milenios sabemos que nada es por
casualidad que ella no existe. Alguien dijo “La casualidad son los hechos
circunstanciales donde la mano de DIOS permanece oculta”
Entonces cuando se llevaba
en a Tierra miles y miles de años, nacen los clanes y las leyes... El hombre ya
sabía que no debía herir porque eso mataba. Entonces se nombra un líder. Allí
terminó la libertad. Comenzaron leyes para convivir. Ya no era la naturaleza la
que dictaba las leyes. El hombre comenzó a servirse del hombre. Los más débiles
acataban.
No fueron leyes dictadas
por DIOS. Son leyes de los hombres, a veces para beneficiar a un grupo. El
hombre, a veces, se rebela en contra ellas. Por eso van perfeccionándose.
Aunque siempre el más fuerte busca no cumplirlas si tiene poder.
Lo justo o lo injusto no
viene de Ti Señor. No somos dioses solo humanos. Quisiste lo mejor para nosotros,
pero la naturaleza nos hizo como somos.
Las cosas que nos pasan son humanas. No tienes la culpa de las
guerras. De los asesinatos de los niños que mueren, de las catástrofes
naturales... ni de las hechas por el humano.
Somos libres para hacer el bien y para hacer el mal. DIOS no nos
castiga. Nosotros nos castigamos. Tenemos una conciencia aunque no la oigamos
está allí. Ella se encarga aunque sea inexplicable.
Tenemos un cerebro maravilloso. Un cuerpo armónico para este planeta
y una mente que bien manejada puede se extraordinaria. Es cierto que hay desviaciones
y cuerpos que viene con taras, pero son
accidentes.
Yo me caí y no fue culpa
de nadie. Mi ángel se descuidó y no pudo ayudarme. Pero fui yo quien me caí. Mi cadera soldó
pero parece que un tendón afecto mi rodilla. No puedo ponerme de pie. Estoy
hace más de dos años prisionera en esta cama. Tal vez le tengo miedo al dolor terrible
que experimenté al pararme una sola vez, me sentí morir.
Mi pareja debe ayudarme
hasta en lo más íntimo, yo era muy independiente. Él es un hombre con problemas
de salud. Ayudo dentro de mi posibilidad para hacérselo menos pesado. A veces me siento humillada. A
veces se pone nervioso. Pero no agresivo. No tengo posibilidades de pagar a
alguien. Debemos amañarnos. Somos adultos mayores... A veces sale un poco y me da
alegría que lo haga. Yo me entretengo TV. Note. Mesita con todo lo que necesito,
libros...
No te echo la culpa DIOS... a veces tengo mucha pena. Me conduelo
de mí misma, tal vez lo merezca. Siempre me creí muy buena, pero hubo momentos
en que estuve nerviosa. Me sentía impotente para aceptar... En fin solo fue un
accidente.